16 abril 2008

Segundo intento en vano de resumir un deporte

3. PILOTOS.

Otro prejuicio: Gana el que tiene el mejor coche; Bueno, éste es verdad. Pero un piloto indigno de su montura lo tendrá muy complicado. Cuanto mejor piloto seas, aún más difícil se lo pondrás al que se está peleando con la suya. Y puedes tener grandes aptitudes para encontrar el reglaje, es decir, puedes contribuir a que tu coche rinda al máximo. Si alguien piensa que me estoy refiriendo a Alonso, sí, pero lo que no hace un piloto es “traer seis décimas”. También es clave la comparación con tu compañero, para valorar tu reputación y consolidar una buena posición en tu equipo. Ante esta última misión, se requiere ser un buen líder y motivador. En cuanto a clasificaciones, se podrían dar nombres de los que van bien en mojado, los que tienen más facilidad para adelantar... pero todas ellas son muy subjetivas, así que lo mejor será que presente ya a un Alto Mando clave en la Guerra de los Bridgestone Medios, el señor Peter Windsor. Él hizo una división entre pilotos reactivos y pilotos manipuladores. Los reactivos, por usar un lenguaje coloquial, son los bestias que frenan tarde, giran tarde, confían en sus reflejos y aún así, tienen un talento divino para salir sin problemas de la curva el 95% de las veces; lo son Massa, Sato, Kubica, y, en menor medida, Kovalainen o Rosberg. Los manipuladores prefieren aplicar pequeñas dosis de lo que van a hacer una milésima antes de llevarlo a cabo, para avisar al coche de sus intenciones y evitar problemas. Entre estos cuidadosos hombres se cuentan Button, Coulthard, Fisichella y Trulli. Luego habla también de los manipuladores perfectos, una especie de cajón de sastre con los más grandes, pero esto es ya más lioso.


4. CIRCUITOS.

Hoy en día, conviven los viejos trazados remodelados (Monza, Mónaco, Spa, Silverstone) con nuevos complejos de vanguardia y curvas diseñadas clínicamente (Shangai, Sepang, Valencia). El arquitecto de estos últimos es invariablemente el mismo, Hermann Tilke, quien trata de garantizar oportunidades de adelantamiento y dificultades para los pilotos. Si oís que va a celebrarse un Gran Premio nuevo, no os quepa duda de que ese hombre va a estar detrás. Lamentablemente, esta es la división más interesante que se puede hacer, porque las exigencias técnicas son cada vez más parecidas y sólo sobresalen Monza como circuito de velocidad punta y baja carga aerodinámica, y lugares como Mónaco y Hungría, donde todo son curvas lentas y alta carga. Prácticamente todos los demás piden una mezcla de tracción, estabilidad en frenada y carga que no comprometa la velocidad ni en recta ni en curva. A lo mejor éste castiga especialmente los frenos, o el de más allá pide eficacia en las curvas largas y rápidas (sí, vale, Barcelona). Pero no es lo apasionante que otrora fue –en mi opinión-.

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