16 abril 2008

Intento en vano de resumir un deporte

Como seguramente se dé el caso de que accedais a este blog por compromiso, o porque los viernes toca práctica, he pensado que sería buena idea desterrar los prejuicios de la competición que más los ha padecido. Aburrida, tediosa, liosa, procesional... Confío en que lo que sigue aporte algo a cambiar estas opiniones.

1. PERO ¿NO SE TRATA DE VERLOS DAR VUELTAS?

Un Gran Premio de F1 tiene tres días: Viernes, sábado y domingo. Lo que se hace el viernes se llama “entrenamientos libres”. Dos sesiones de una hora y media cada una en las que se perfeccionan los reglajes y se analizan los neumáticos y cuál es la mejor opción según el trato que les dé tu coche. Normalmente se trata de perfeccionar lo que constataste en el simulador o en las pruebas en pista. El sábado hay otra de una hora, pero a partir del sábado no se puede cambiar el motor –10 puestos de penalización en parrilla- ni el cambio –5 puestos-. Estas mecánicas tienen que durar en 2008 2 y 4 carreras, respectivamente. Llega la calificación, que determina el orden de la parrilla de salida: Se divide en tres partes. En la Q1 participan todos los pilotos. Su objetivo es eliminar a los 6 más lentos. Como son 22 pilotos –2 por cada uno de los 11 equipos- quedan 16, y en la Q2 se vuelven a eliminar otros 6. Los 10 más rápidos se disputan la pole en la Q3, pero tienen que dar sus vueltas con combustible para la carrera, con lo que se intenta dar una ventaja a los que se han quedado fuera de esa última ronda. El domingo también tiene su miga: Planificar la estrategia, estar despierto para cambiar los planes en el momento oportuno, procurar que nada falle al parar en boxes... Las estrategias oscilan entre hacer 1, 2 o 3 paradas. Si haces más, es porque intentas ser rápido con pocos kg de gasolina y neumáticos blandos, pero en esto entran las matemáticas y me cuesta explicar más... Y atento a que salga el famoso Safety Car, cuando se produce una situación de peligro en pista más grave que una bandera amarilla y más leve que una roja –detención total de la carrera/sesión-. Esta máquina junta a todos los coches y puede acabar con el trabajo de más de dos.

2. EQUIPOS.

Las posiciones de fuerza o debilidad de los equipos son más caprichosas en automovilismo que en otros deportes. Así que os contaré cómo está el patio este año. Ferrari y McLaren han sido, en la última década, los más regulares peleando por el título, si bien es verdad que en el S XXI Ferrari ha ganado 6 de pilotos y otro tanto de constructores mientras McLaren aún está esperando. Su rivalidad se agudizó cuando traspasó el terreno de lo deportivo por el caso de espionaje de McLaren a Ferrari el año pasado, que dio un gran material para la guerra de la que digo que voy a hablar. En Renault fueron campeones, pero están atontados desde que sus paisanos de Michelin dejaron la F1, tanto que en las últimas carreras se les han puesto por delante equipos del centro del pelotón como Red Bull o Toyota. Williams fue temible en el pasado –tienen el mejor porcentaje de victorias de la historia-, pero son un poco cabezotas y no quieren vender aunque sea unas accioncitas a un fabricante de coches. Toyota y mis amados Honda hacen un año medianamente bueno después de unos cuántos haciendo el ridículo. Al final se consuelan venciéndose entre ellos. El resto casi os lo presento en el que va a ser el último apartado. Y que no os engañen la nacionalidad de cada uno, la mitad opera desde Inglaterra, desde el área de Oxford.

En la siguiente entrega: Pilotos y circuitos.

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