15 marzo 2010

Lecciones del desierto

Ya está. Ya es lunes 15 de marzo. A veces creíamos que nunca llegaría, pero hay que recordar que el tiempo no tiene por qué ser un forofo formulero... Y en este momento del año, ya tenemos las primeras respuestas que siempre quisimos saber. Estas son a mi modo de ver:



1. Ferrari y RBR están más fuertes que los cuatro Mercedes. Eso sí, que se anden con cuidado con los errores tontos que solemos llamar falta de fiabilidad. Todo eso que oímos sobre temperatura de los motores tiene que ser resuelto porque bien puede hacer el mismo calor en alguna carrera veraniega, y puede tratarse de un error de concepto, como la insuficiente refrigeración que siempre ha traído a Red Bull de cabeza, o peor aún -y seguro que no es esto porque lo habrán comprobado un millón de veces-, una partida defectuosa en una época en la que tienes que usar los ocho motores que fabriques para todo el año. Pero por lo demás, decidme un solo campeonato ganado en la segunda parte de la temoporada. Que no os líen con cuentos de que lo importante es ser primeros al final: Empezar fuerte es medio trabajo hecho.




2. La F1 2010 consiste en tres divisones: Los cuatro favoritos, los Williams, Force India, Renault, Sauber y Toro Rosso, y los nuevos. Por una vez, la pretemporada dio pistas correctas, a excepción de Sauber, que ya desde el principio me recordaba sospechosamente al Williams del 2008, el cual también sorprendió durante el invierno para lograr el octavo lugar en constructores al final.



3. Dad tiempo a Schumacher. No se baten todos los récords sin estar lo bastante centrado como para saber dónde están los problemas cuando aparecen, y si bien ha sido batido por su compañero por una vez en la vida, el kaiser clavó el diagnóstico cuando señaló la calificación como su talón de Aquiles, siendo el ritmo de carrera más consistente. Será divertido seguir su evolución.




4. No hubo sorpresas en cuanto al problema autocreado de la falta de espectáculo: Quitar los repostajes exige que los adelantamientos sean en pista. Pues ya está, ¿no? Adiós, mangueras. ¡Ja! La cosa es que hay un detalle que de repente se nos ha pasado por alto -aunque a mí no, como puedo demostrar más abajo en este blog-. En F1 es muy difícil adelantar. En otras palabras, yo por lo menos sí veía venir que quitar los repostajes, como bien se dice, da incentivos a adelantar en pista. Pero como adelantar en pista es casi imposible, ¡lo único que han hecho es acabar con la oportunidad de que el orden de la clasificación varíe con las paradas por lo menos! Hacerlo más necesario no tiene por qué contribuir a hacer que pase. Y encima, entre el doble difusor del de delante y unos neumáticos estrechos sobre los que algún técnico ya advirtió que podían dificultar las maniobras, las modificaciones técnicas lo han complicado hasta límites que ya se creían alcanzados. Y ¿os habéis percatado de que esto es Bahréin? ¿Qué va a ser entonces en Melbourne?


En Melbourne van a ser más respuestas.

26 febrero 2010

He aquí el secreto para acabar con todas las carencias de la Fórmula 1 actual

Los hemos repetido un millón de veces. Me atrevería a afirmar sin temor a equivocarme que les hemos dedicado casi el mismo número de entradas que a los pilotos o a la técnica de sus bólidos -¿o tal vez más entradas que ambos temas juntos?-. Que si el sistema de puntuación de nuestros sueños; que si la F1 es como el parchís -pues siempre sabes de antemano los cuatro que pueden ganar-; que si Max y Bernie son unos viejos chochos que sólo tienen ideas descabelladas mientras la FOTA se cubre de gloria sugiriendo puntos por el pitstop más rápido o por el comentario más ingenioso por radio; ah, sí, y ese requerimiento a los pilotos para que firmen más autógrafos, se dediquen más al público; a los circuitos para que abran los boxes el jueves... Este deporte da pena verlo. Está infestado de problemas que espantan irremediablemente al aficionado potencial. Pero que no cunda el pánico: Yo voy a dar la receta mágica.

No es que dé pena ver este deporte: Es que este deporte se da pena cuando se ve. ¿Lo pillais? El verdadero problema de la F1 es que es un deporte acomplejado, y tiene que mirarse al espejo y gustarse tal como es. Esta es una tarea que nos corresponde a todos: Empezando por los aficionados, y siguiendo por equipos, circuitos, directivos, pilotos... FOA, FIA, FOTA, GPDA... La F1 está sumida en una crisis perpetua, y jamás saldrá de ella hasta que no se dé cuenta de que para tener tantos adelantamientos como le gustaría, tendría que perder un 70% de apoyo aerodinámico, y para eso me meto a correr yo con mi Corsa; hasta que no se dé cuenta de que los trillones de millones de dólares que genera hacen misión imposible dejar a un lado los titulares de politiqueo; hasta que no comprenda que su juego consiste en maximizar el rendimiento de un vehículo, lo que acaba pasando por llevar las normas al límite y discutir por ellas cual párvulos en el patio de la guardería -"sí se vale", "no vale"...-. Basta ya de meternos los dedos en la boca para vomitar el espectáculo perfecto. Nos fríen a encuestas para sacar al deporte de la monotonía, la previsibilidad, acercarlo más a los aficionados, y los que nos pasan estos cuestionarios suelen ser los mismos que si tienen oportunidad recordarán a los que ponen la pasta, desde sponsors hasta televisiones, que se trata del certamen de mayor alcance por detrás de los Juegos Olímpicos, que encima son cada cuatro años. Si no me equivoco, unos 600 millones de personas ven al año algo de F1. Si no me vuelvo a equivocar, eso viene a ser como casi toda la población de Europa. Si tan tostón es, el mundo debe estar lleno de masoquistas. Esto es la Fórmula 1 en estado puro. ¿Nos gusta o no? Si no nos gusta, ¿por qué hemos acabado dedicándole tanto tiempo a estos blogs? Es como si nos conviritéramos en asiduos de un mesón gallego con la esperanza de poder convertirlo poco a poco, a base de sugerencias, en el nuevo chino del barrio. Ya existen chinos si eso es lo que buscamos, igual que existen la NASCAR, Moto GP...

La mayor prueba de todo esto que digo es que un buen día se introdujeron los repostajes obligatorios para pasar a reconocer el fracaso en 2010. ¿No nos dice nada el hecho de que no estemos contentos de ninguna de las maneras posibles? Se cambia la fisonomía de los coches y el resultado no deja de ser igual de pobre. ¿Es que no hay nada que podamos hacer con la Fórmula 1?

Por eso el secreto para tener por fin el deporte que queremos es gritar bien alto este juramento: "Promero fidelidad a la Fórmula 1 por cómo es, no por lo que quiero que sea". Yo me enamoré de ella por cómo es. ¿Y vosotros?

Pero como a nadie le amarga un dulce, ahí va lo que la Fórmula 1 puede ser cuando quiere: