12 agosto 2008

Briatore, el personaje

Mi plan era desmenuzar la información publicada en The Telegraph el pasado domingo, referente a las gigantescas diferencias de explotación entre CVC Capital Partners, propietarios de la mayor tajada de Formula One Administration -y por ende responsables de sacar el máximo rendimiento a los derechos de la F1-, y Formula FB Bussiness, de nuestro viejo conocido Flavio Briatore, que a través de una de las empresas del holding, Stacourt, se hace cargo de la venta de los derechos en España... hasta que Mediapro lo negoció directamente con la FOA. Esas diferencias demuestran quien es uno de los mejores empresarios y/o gestores que puedes encontrar en la Tierra a día de hoy.

Pensaba exponer todos los datos que dejaban en paños a los señores de CVC, incapaces de rentabilizar ni la mitad de la mitad de la mitad de lo que conseguía Flavio. También especular sobre por qué Mediapro ya no lo hizo con Stacourt, y recordar así las afinidades políticas de cada parte implicada. Y de eso a lo mejor sí que hablamos un poquito y todo, dependerá de lo que me vea tentado a escribir según voy llenando líneas... Pero ¿sabéis qué? Si este farragoso tema os interesa, aquí tenéis prácticamente lo que yo os habría contado: www.pitpass.com

Y es que ha ocurrido algo con Briatore que me ha crispado los nervios cuando ya pensaba que después de tanta Radio Macuto sobre el Club Bilderberg, del que estaba buscando qué podía pillar en Google, nada podía hacer más daño a mi tranquilidad. El señorito italiano se plantó con su yate en plena playa de una ciudad costera en Italia que debe de considerar de su propiedad, Capriccioli. De esta forma, los bañistas se pusieron como motos y llamaron de todo a Flavio y amigos, mientras los niños lloraban por el susto y algunos aplaudían irónicamente.

Pero no llegó la sangre al río, aunque el yate sí que llegara a la playa, porque el signore Briatore accedió rápidamente a disculparse en los medios y periódicos nacionales por tamaña metedura de pata, una metedura de pata de varios metros de eslora. ¿Verdad que lo hizo? Mentira. Ni corto ni perezoso, estas han sido sus declaraciones al Corriere della Sera: "Somos gente agradable y así nos recompensan. Voy a cerrar todos los locales. Yo pago mis impuestos, estoy en mi derecho". PERO FLAVIO, CACIQUE, SINVERGÜENZA, NOSTÁLGICO DEL ORDEN MEDIEVAL, QUIÉN TE HAS CREÍDO QUE ERES, IMAGINO QUE EL PUEBLO YA HABRÁ QUITADO TUS LOCALES A PEDRADAS, IMPRESENTABLE. ¿Gente agradable? La gente agradable deja su utilitario en el aparcamiento disuasorio del Cercanías, tío desagradable. ¿Y qué impuestos pagas tú, gañán? Alguno, ¿no?, porque te apiadaste. Lo demás, en las Islas Vírgenes, ahí domicilias tus empresas citadas al principio de esta furiosa entrada. Por si lo verde que te he puesto fuera poco, encima ahora tendré que llamarte hipócrita, qué narices, MENTIROSO. Y ahora, no te quiero ni un minuto más tarde de las 16h del domingo 24 cerca de la costa española. Aunque sabiendo tu círculo de amistades y tu participación en la exposición sobre el Gran Premio a los equipos, así como el comienzo de las quejas entre los valencianos, tal vez el circuito urbano no sea sino una de tus tropelías a los habitantes de las orillas. Pero bueno, tal vez sea lo que pasa cuando se vota a gente como los tuyos. ¿Y sabéis qué? Por eso a mí no se me caen los anillos por decir que espero con ilusión mi contribución al sufrimiento de los "aldeanos" cuando este fin de semana no, al siguiente, asista a mi primer GP en vivo de F1.

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