31 marzo 2009

McLaren a través del espejo: El desenlace



Decían que el Fuji era muy alto, muy impresionante y tal, pero a no ser que conocieras previamente cómo se las gasta la zona, pensarías que lo bañan unas cataratas gigantes. Así de difícil se presentaban sábado y domingo. Lewis, maestro probado bajo la lluvia o sobre mojado -táchese lo que menos guste- confiaba en que la F1 pasada por agua no se le diera tan bien al respondón español como, en conjunto, le estaba resultando 2007.

Pero no olvidemos que prácticamente existía un empate técnico: Una victoria en Japón daría a Lewis el ansiado liderato: No dependía de nadie. Había dado muestras carrera tras carrera de que estaba perdiendo la paciencia y era el momento de dar el puñetazo sobre la mesa definitivo. Un nuevo circuito en condiciones adversas sería el mejor escenario.

P2 en parrilla. Y encima salida con el SC. A falta de tres carreras, no se podía decir que Hamilton contara con el tiempo de su parte. Lewis alucinaba con los problemas de neumáticos que más de una vez había tenido en la Q3. ¿Cómo se puede fallar tan estúpidamente una cosa tan sencilla de controlar? ¿Cómo se puede complicar el fin de semana con esa, hay que llamarla por su nombre, esa chorrada? McLaren debería revisar sus procedimientos. Maldita suerte del principiante... Alonso no sabía lo que era luchar contra gomas desequilibradas.

El domingo a las 15h, hora de Tokio, seguro que Hamilton hubiera preferido correr con esos Bridgestone mal montados las 67 vueltas -¡dos horas justas!- del gran premio antes que echar a perder los pocos puntos que podría haber amarrado haciendo aquaplanning tras dañar seriamente el coche en un choque con Vettel. El que estaba llamado a ser el fin de semana de la estocada, casi arruinaba sus opciones. No quedaba otra que seguir luchando, a ver qué caía.

Ni que decir tiene que la prensa se lo estaba pasando en grande, independientemente de los colores nacionales que ésta defendiera. No paraban de contar historias, al margen de la verdad, del ambiente vivido en los boxes 1/2, de si Lewis miraba mal a Fernando, Fernando miraba mal a Lewis, Lewis miraba mal a Dennis o Dennis miraba mal al gato negro que se le cruzó en Melbourne. Y algunos se percataron de ese potencial:

Martes de entre las dos carreras asiáticas: El señor presidente del Grupo Santander, Emilio Botín, invita a pasar una mañana de golf a Mr. Ron Dennis a la Ciudad Financiera del banco en la periferia de Madrid. La cosa transcurrió como se transcribe:

E.B: Corren tiempos muy difíciles de administrar para su amada empresa, señor Dennis.
R.D: Verá, en McLaren somos un grupo de gente amante de lo que hace y muy capacitada para gestionar divergencias en nuestro proyecto de recursos humano-deportivos. Hay detalles en las relaciones laborales entre ambos componentes biológicos de nuestro paquete para la pista que no trascienden porque no es bienvenido en las redacciones ningún titular que no permita confeccionar todo un tabloide en el que...
E.B: Señor Dennis, hace media hora que le toca intentar su golpe. Tiene usted mucha labia, pero yo tengo muy poco tiempo.
(Los pocos presentes ignoran cómo de cerca se quedó Ron del hoyo, pero coinciden en que exclamó: Nice shot!).
R.D: No quiero abandonar este complejo socio-profesional sin garantizarle que la dirección dedicará todos sus esfuerzos a salir airosos del desencuentro entre nuestros corredores.
E.B: ¿Usted quiere conservar nuestros diez millones anuales?
R.D: Cómo no. Ustedes también serán campeones del mundo con nosotros, ya lo verá.
E.B: ¿Usted quiere saber cómo conservar nuestros diez millones anuales antes de contestar a si los quiere conservar?
R.D: Oh, eh... Pues sería conveniente primero, sí.
E.B: Bien. He oído historias de presiones en las ruedas.
R.D: Bah, no les dé ningún crédito, son fantasías de los tabloides que le decía yo.
E.B: Pues hágalas realidad.
R.D: ¿Mande?
E.B: Póngale a Hamilton presiones equivocadas, chinchetas, veneno en la cena... Lo que se les ocurra.
R.D: Señor, comprendo sin dificultades su particular afecto por su paisano, pero yo creía que a usted también le importaba el mercado británico...
E.B: El último afecto que tuve por un paisano fue por la peseta. Escuche y olvide cuando salga de aquí: Sus rifirrafes en Hungría fueron todo un fenómeno mediático...
R.D: ¡Ajá! Está usted en todo, ¿eh? No se preocupe, nos ocuparemos de que todas las cámaras capturen sus logos cuando Lewis se salga en cada puzolana.
E.B: Escuche y olvide cuando salga de aquí: Dentro de un año se va a liar algo muy gordo a nivel mundial. Más le vale tener sus cuentas saneadas y haber ahorrado suficiente, porque no vamos a estar en disposición de ampliar nuestra aportación. Mire usted, en estos momentos estamos ultimando ciertos planes para hundir el mercado inmobiliario. ¿Por qué cree usted que estamos concediendo créditos como si fuéramos un vulgar Monte de Piedad? Llegan inmigrantes que aportan veinte avales igual de insolventes que ellos, ¡y se lo concedemos! Una locura, ¿verdad? Pero cuando eso pase factura al sector financiero, los peces gordos hundiremos a bastantes rivales a los que nos zamparemos casi regalados. Por no hablar de las nuevas ganancias en flexibilidad y, si cuela, incluso despido libre... Ya sabe, malos tiempos, apretarse el cinturón [ojo guiñado]... Vamos a estar muy ocupados y nos vamos a preparar muy bien el terreno. Si algún periodista se fija en nuestras reuniones, quiero a los medios, y con ellos a la gente, mirando a su equipo, y criticándolos a ustedes, no a la banca, ¿lo ha pillado? Me da igual si gana o no el mundial. Además, si lo tiene fácil. Pero como fuente de financiación de su negocio, le pido pan y circo. Le he traído aquí para explicarle esta misión. ¿Alguna pregunta?
R.D: Ninguna que me pueda responder, me temo.
E.B: Bien. Se acabó el torneo. Que alguien llame al chófer de este caballero.

Acaba de terminar la calificación en Shangai, y a Lewis se le está acabando definitivamente la paciencia. No tiene otra explicación. No es posible tener tres veces el mismo error de equipo nacido ayer. ¿Cómo ha podido hacerle eso McLaren? ¡Es como si se lo hiciera papá Anthony! ¡Papá, quiero irme de aquí! ¡Ponte a hablar con otra gente! Pero el domingo es otro cantar. Lewis sigue anonadado y triste por el shock que representa para él ver en su contra ¡a McLaren! Sin embargo, el equipo se lía con la decisión estratégica de Fernando en una pista que se empezaba a secar y éste acaba abandonando enganchado en la entrada a boxes. La última prueba lo decidirá todo.

Tras una explosión de titulares que llevaron imágenes de China incluso a las portadas de la prensa más seria y generalista, tras innumerables discusiones en los foros, los bares, los trabajos, las teles... Llegaba la traca final. Y Alonso se volvió a liar. De forma aún más tonta que el equipo con los neumáticos de la Q3 para Lewis. Alonso pulsó el punto muerto sin querer. Toma ya. Ahora Lewis tenía pista libre. Pudo presionar a los Ferrari, pero fue infructuoso. El título regresaba a Maranello. Kimi coronado. Contra todo pronóstico. Vorágine de titulares. Una semana de bombardeo tras la que era imposible no haberse enterado de lo sucedido en ese deporte en el que unos coches dan vueltas y vueltas. Una crisis económica lista para sacar del horno.

Epílogo.

Estamos en el GP de Brasil 2008. Lewis Hamilton, tercero en 2007 en un mundial aciago pero en el que jamás se rindió, tiene ahora la oportunidad de que su trabajo se vea al fin recompensado con un tercer título para su vitrina. Su Ferrari lidera la carrera, como no le queda más remedio que hacer si quiere lograr la gloria máxima. Fernando Alonso ha vuelto a ser su rival más cercano y ha vuelto a demostrar que el segundo año es el más difícil para casi todos los pilotos. Los errores acaban consagrando. Pero a falta de 15 vueltas se avecina una fuerte tormenta. A falta de 6 los boxes se están llenando de bólidos cambiando de zapatos. Entra Fernando: Sale justito por delante de Vettel. Una maniobra del alemán y McLaren se quedará sin campeonato un año más. Maniobra del alemán. McLaren se va a quedar sin campeonato un año más y Lewis se va a resarcir... ¿Qué es esto? ¿Qué hace el Toyota que pescó Massa a última hora resbalando sobre la curva 13? Fernando de nuevo 5º... Primera corona para el español. Massa es vilipendiado por algunos conspiranoicos que quisieron ver una venganza contra Ferrari en las facilidades que puso para ser pasado. Ante semejante insinuación, Felipe siempre esbozaba un atisbo de sonrisa maliciosa. Estos conspiranoicos nunca cambiarán...

2 comentarios:

DAV dijo...

Jajaja muy bueno sergio, irónico y sarcástico a la vez ....

La pela es la pela ....

Sergio Álvarez dijo...

Jaja, cómo no me iba a acordar rememorando 2007 del día que Ron Dennis vino a mi pueblo.