Algunos seguro que aún recuerdan los libres del sábado de hace un par de años, esas mañanas en las que cualquier mindundi se ponía en las primeras posiciones con cuatro gotas en el tanque y, para minimizar el resultado de la sesión (manipulado por Ferrari y McLaren al limitarse a preparar la Q3 con gasolina de carrera), dichos mindundis eran llamados "las liebres". Pues bien, de un tiempo a esta parte, neumático único por aquí, centralita estándar por allá, los equipos se encuentran en un pañuelo y aquel que sólo se atenga a la tabla final de un viernes para figurarse cómo está el patio parece que puede sacar más pistas que el aficionado acérrimo que apunta el vuelta a vuelta de los favoritos.
Esos son los sentimientos que me acechan después de Spa, la carrera celebrada un año después del momento que Ross Brawn una vez señaló para que la F1 se convirtiera en monomarca de facto. Por eso el viernes de Monza, cada vez que un Toyota, un BMW o un Force India estaban en vuelta muy buena, yo les concedía el beneficio de la duda y pensaba que bien podían ser reales sus parciales -verdes si veías la retransmisión, violetas si mirabas el Live Timing-. Pero hay cosas que, si llevas los suficientes años siguiendo a esta pandilla, cantan: En la primera sesión, mientras la mayoría entraba, salía, mejoraba... Los Brawn y Kimi Raikkonen apuntaban maneras: Los primeros tiempos que marcaron les llevaron automáticamente a las posiciones privilegiadas, y después de eso, un stint largo en el que hacían tiempos con los que no mejoraban lo conseguido en los primeros compases, pero que demostraban consistencia. Daba toda la sensación de que hubieran comprobado inmediatamente su velocidad y hubieran pasado a mayores -léase, ritmo de carrera-, mientras el resto seguía tratando de centrarse.
¿Red Bull Racing? Bueno, el tipo de la tabla seguramente se acercó más que un listillo como yo. Cierto, claramente no tenían la velocidad de otros, y esto se veía venir por las características de Monza, que piden a gritos más agarre mecánico y menos carga aerodinámica. Pero en la segunda sesión parecían igual de rápidos que sus rivales de Brackley. Y ya que hablábamos de mecánicas igualadas, también está eso de los motores congelados y limitados por normativa, como la carne de ballena. Un retoque más o menos, el que aparece bajo estas líneas es el que monta RBR, y parece que la refrigeración, que ya en el pasado dio problemas a Newey, está detrás de la cruz que van a llevar hasta que acabe el año: Un rodaje insuficiente en entrenamientos para preservar los poquitos motores que les quedan antes de pasarse de los ocho propulsores que la FIA permite. Esto, si bien se mire por donde se mire es una desventaja, nos va a condenar a que no sepamos todo lo que puede dar de sí en carrera el equipo austriaco hasta que ésta no se dispute. Pero es que, además, Webber tuvo un problema eléctrico por la tarde -o eso dicen que fue-, y estábamos en Monza, el lugar con los reglajes más distintos y donde más trabajo puedes tener si los tests previos no están permitidos.
A nadie puede extrañar que haya salido el tema de los motores cuando estamos hablando de Monza. La calificación puso orden y dejó al descubierto los méritos de los mejores fabricantes y las vergüenzas de los peores. Mientras Raikkonen quedaba como el mejor tiempo de la Q1, Button hacía el de la Q2 -ese que se ha quedado como la representación más pura de la velocidad que veremos en todo un fin de semana-. En la otra parte de la tabla, tres motores Toyota quedaban fuera de la segunda ronda -por cierto, Nakajima superó a Rosberg y Trulli volvo a brillar arañando la undécima plaza de la parrilla-. Y luego está BMW, ya que hablábamos de límite de motores por temporada y de consecuencias para los que no tuvieran éxito en aguantar todo un año con ocho de los suyos... Nick y Robert se apuntaron una rotura más por barba en la Q2 y se suman a los que empiezan a estar con el agua al cuello.
Pero al final el titular se lo tiene que llevar el poleman, y Lewis batió al gran candidato del dia, Adrian Sutil, llevando algunos kilos más en el tanque y jugándosela en la última vuelta cronometrada. Eso sí, estaba claro que los tres primeros habían elegido dos paradas, y dicha estrategia era más dudosa cuanto más se acercaba la carrera, de modo que Kovalainen (683 kg) de repente podía considerarse favorito a la victoria con permiso de Brawn GP. Estos tenían que ir hasta los topes desde el momento en el que decidieron no salir hasta los cinco últimos minutos, como si estuvieran apurando la capacidad del depósito. RBR tambien apostó por una parada, pero dieron más vueltas y acabaron un par de líneas por detrás de los líderes del campeonato, que son más líderes que nunca.
Al cargar para una parada, había algo que Ross Brawn se aseguraba: Partir por detrás de la mayoría de coches con KERS. Si los Brawn hubieran salido descargados a por la pole se habrían visto taponados en carrera, tal era la velocidad que habían demostrado en los libres del sábado, Q1 y Q2. Por no hablar del trato suave -demasiado, a veces- que los coches de Brackley dan a las gomas.
Mención especial para el súpersuplente Liuzzi, demostrando a Ferrari que un piloto con talento y rodaje reciente en carrera -en el caso del italiano, A1GP- puede hacer el trabajo mejor que el último poleman a bordo de un bólido desconocido para él. Ánimo, Giancarlo, seguro que en adelante te harás con el coche y nos deleitarás. Tal vez en Maranello se estén preguntando si lo seguro no habría sido el ganador de Le Mans Marc Gené.
Al cargar para una parada, había algo que Ross Brawn se aseguraba: Partir por detrás de la mayoría de coches con KERS. Si los Brawn hubieran salido descargados a por la pole se habrían visto taponados en carrera, tal era la velocidad que habían demostrado en los libres del sábado, Q1 y Q2. Por no hablar del trato suave -demasiado, a veces- que los coches de Brackley dan a las gomas.
Mención especial para el súpersuplente Liuzzi, demostrando a Ferrari que un piloto con talento y rodaje reciente en carrera -en el caso del italiano, A1GP- puede hacer el trabajo mejor que el último poleman a bordo de un bólido desconocido para él. Ánimo, Giancarlo, seguro que en adelante te harás con el coche y nos deleitarás. Tal vez en Maranello se estén preguntando si lo seguro no habría sido el ganador de Le Mans Marc Gené.
2 p.m. En breve, las respuestas. El KERS, sobre todo montado en el coche de Alonso, recordó aquello de "perro ladrador, poco mordedor". Lewis mantuvo el liderato gracias a su saber hacer en la salida más que otra cosa, ya que se aseguró de dejar sin espacio al coche de Kimi y su aparatejo, obligando a usar la hierba al finlandés. No obstante, tuvo el suficiente espacio para ser cinéticamente propulsado hasta la segunda posición. Tanta historia con el KERS para que la mayor ganancia fuera lo mismo que la típica diferencia entre parte limpia/parte sucia.
Y qué decir de Heikki. En un día en el que los que iban a dos paradas -es decir, prácticamente los mismos que iban delante de él- iban a tener que dar 53 vueltas de calificación para mantenerse allí, Heikki se disolvió. Comentaristas de todo el mundo se estarían haciendo eco de presuntos problemas en el McLaren nº2... Er, bueno, poco agarre con las duras, diría el otro finlandés de la F1 al acabar el espectáculo. En fin, los nuevos equipos buscan tipos como Heikki... Los Brawn y alguno más se plantaron por delante de él en unos minutillos.
A partir de ahí, la carrera en la parte alta tuvo su gran foco de atención en los Brawn a una parada contra Hamilton a dos. Como en Monza se pierde tanto tiempo en el pit lane, Lewis necesitaba bastante más de los clásicos veinte segundos y los necesitaba dos veces, para cada una de sus detenciones. La cosa pintaba blanca, y si dicen que el blanco no es color, pues pintaba amarillo verdoso fosforito en el borde del morro de ciertos F1... Unos catorce segundos tenía Barrichello sobre Hamilton a falta de una parada para cada uno.
Cuanto más claro se veía que la estrategia correcta era la del "oso" Ross Brawn, más interesantes se hacían otras cosillas, como la consistencia de Liuzzi hasta que el cambio se la jugó -¡por qué a él y aquí, con lo fiable que es todo hoy en día!-. No sólo consistencia, sino resistencia en la lucha cuerpo a cuerpo nada menos que con Alonso -y su KERS, mira cómo me río-.
Y luego teníamos la eterna lucha Raikkonen-Sutil. Aquí sí que se notaba que el KERS al menos vale para defenderse, y Adrian se tragó la mancha roja gigante hasta la bandera a cuadros. Y eso que tuvo la oportunidad de deshacerse de ella cuando salió en falso de su parada -¿las manchas rojas necesitan que les echen Shell? Curioso-. Pero se ve que el pianista echaba de menos el contacto físico que el hombre de hielo siempre le proporciona -acostumbrado a que siempre le... bah, mejor me ahorro chistes soeces- y no fue capaz de hacer una parada sin errores en plena estrategia espejo. Tras el tortazo de Hamilton, esto supuso la pérdida de su primer podio.
Casi me olvidaba de él. Una vez vencido, Lewis Hamilton al menos tuvo tiempo de poner en duda la segunda plaza de Button, y a por ella que fue. En las cansadas últimas vueltas de un gran premio, olió sangre y peleó con sus mejores armas: la velocidad pura que le caracteriza y el arrojo y asunción de riesgos. Tras un primer parcial violeta, y viendo que estaba a poco más de un segundo de su compatriota, el chico forzó un pelín demasiado en la segunda de Lesmo y acabó contra las protecciones. En fin, había dos puntos más que ofrecer a McLaren en la lucha por el tercer puesto de constructores, por el mejor del resto... Y Lewis hizo lo que pudo. El único pero es que se trataba de mitad de la última vuelta y el chaval, con la fe que en tantas entrevistas íntimas ha confesado, rezaba para poder pillar al Brawn a más de un segundo en las últimas cuatro curvas. A juzgar por sus declaraciones, más bien era al contrario de como he narrado. El tercer puesto -y sus millones para McLaren- le importa un bledo y si no hay lucha por el título, prefiere divertirse. Y encima el equipo apoya su juicio y lo arropa. Ay si yo fuera mclarenista... ¿Alguien ha jugado en clases de inglés al Simon says? Ese que tenías que levantarte, sentarte, ir a la pared... Pero sólo si el profe, antes de ordenarlo, decía Simon says. A lo mejor Hamilton se creía que estaban jugando a Symonds says y se estrelló sin que Symonds lo hubiera ordenado...
¿Alguien pregunta por Red Bull? Webber fuera en la segunda chicane tras tocarse con Kubica y Vettel con problemas estilo Kovalainen en los primeros compases, y una salida de pista levantando la tierra en los últimos. Gracias a Hamilton, cogió un punto. No era su carrera, definitivamente. Muy duros de suspensión para Italia, y para compensarlo en los ajustes de reglajes habituales, dicen por ahí.
La esencia de la prueba: 15 milésimas que dieron a Rubens la delantera sobre Jenson en la calificación, y que el domingo transformó en dos puntos más que su compañero. RBR herida de muerte. Como dijo Jenson Button al ir a felicitar a su compañero, amigo y ahora también máximo rival: "¡Rubinhooo...! It´s you and me...".
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