28 mayo 2008

GRF1: Mónaco

Jenson Button: El mundo lo apoya.

Gea solía pasarlo mal más o menos cada quince días entre marzo y octubre. En esos instantes, unos 20 o 22 bólidos machacaban esas vestiduras de hace tan sólo unos siglos que los mortales llamaban asfalto, y hacían retumbar en su sistema auditivo unos 700 y pico caballos por barba. Pero a estas alturas, casi no le molestaban, porque pasaba por sufrimientos cada minuto y estos por lo menos eran divertidos. Más divertidos aún cuando de entre todos ellos, había un piloto capitaneando un equipo que la homenajeaba como no había visto en milenios.


Jenson debía destilar confianza al comenzar su fin de semana. Los tests en Paul Ricard confirmaban que Mónaco se adaptaba como el que más al RA108 –mejor dicho, a su motor, que entrega la potencia a muy bajo régimen-. De modo que había optimismo. Y el jueves seguía dando pie a estar contento y esperanzado: Honda había colocado los dos coches entre los diez primeros en la segunda sesión, y Rubens había dejado el pabellón bien alto en la primera. “Sigue habiendo trabajo por hacer”. Pero después de que Ross se hubiera mostrado seguro de que el superblando sería la opción por defecto, encontrar tan buen equilibrio con la opción más dura había sido sin duda la prueba de que estábamos ante un buen día. Claro que el viernes de Turquía también prometía mucho...
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Aunque el trabajo quedó inacabado por el chaparrón del sábado por la mañana, era lo mismo para todos, y el coche se comportó razonablemente bien con intermedios en esa última media hora infernal. Esta vez fue Jenson el que se metió en el Top 10 –sí, vale, 10º-.

Y llegamos a la Q1 y ¡la fiesta continúa! Los Honda, 9º y 10º, pueden albergar esperanzas para pasar a la Q3, pero esto pasa por alto que Jenson tuvo que currarse el acceso a la Q2, peligrando más o menos a partir de que quedaran 5 minutos de sesión. Pero la estadística seguía ahí: Ningún coche de Honda se ha quedado en al Q1 en ninguna carrera de 2008. Quién lo habría dicho en pretemporada. Pero la Q3 era la otra cara de la moneda. Jenson se había quedado tantas veces justo en el 11º puesto... Sabían que los malos tiempos de Alonso en la primera tanda no podían ser tomados muy en serio, y que Heidfeld, al fin y al cabo, llevaba un BMW, y que a Rosberg ya lo podían dar por salvado... El primer intento en la segunda ronda dejó que desear, pero para el siguiente hicieron acertadas modificaciones en el morro de cara al tercer sector.

Océano apenas seguía los grandes premios. Sólo había uno que le merecía la pena, y que veía como una ofrenda: Era Mónaco. También había oído que este año Singapur y Valencia iban dedicados a él. El titán acostumbraba a verlo con su madre, y a ejercer de comentarista. Y fue por ello que, a la declaración de Gea de que se consideraba hondista, respondió, anonadado: “Pero si un Civic normalito emite unos 140 gramos de Co2”. Al instante, la arcada que dio su madre envió a DC contra el muro, y provocó una bandera amarilla que acabó con las pequeñas esperanzas de Jenson de calificar entre los 10 primeros. Esa noche se recriminó: “A saber qué echarán los modelos de otras marcas”, y volvió a ser la seguidora acérrima.


Día de la carrera: Jenson parte 11º beneficiado por la necesidad de Coulthard de cambiar la transmisión. Luego el problema de Kovi lo eleva a la décima posición. Y un poquito después... Océano alucinaba. A lo mejor su madre debía saber que un Fórmula 1 emitía unas 50 toneladas de co2 por temporada. Gea dio un respingo que hizo perder a Jenson el punto de frenada y embestir a Heidfeld, con el consiguiente pit stop que lo dejó muy lejos del pelotón, lo suficiente para no recuperar puestos cuando otros tuvieron los mismos problemas.


Con la estrategia alterada, sólo podía tirar y tirar. Y tiraba realmente bien, porque se acercó sin muchos problemas a Piquet a mitad de carrera, y en ese momento ya tenía al endiabladamente rápido Rosberg por detrás de él. Pero elige mal momento para dejarse doblar y, junto al coche de cabeza, pasa Nico. Piquet estaba destrozando el potencial: Seis segundos más lento que el siguiente grupo. ¡Por vuelta! Piquet llevaba gomas de extrema lluvia destrozadas y era como si Jenson también las llevara. Button para en la vuelta 50, poco después de que Nelsinho hubiera hecho de las suyas. Cinco vueltas tras la parada, Océano decide vengar lo que le están infligiendo a su madre por su cuenta. También recuerda cómo todos esos gases están haciendo que no quepa en ninguna talla, elevando el nivel del agua hasta extremos insospechados. Al menos, sueña con inundar la Nouvelle Chicane cuando la cosa vaya a más. Humm... Nouvelle Chicane... Cinco vueltas tras la parada, Kovalainen vuelve a sobresaltar a Jenson embistiéndole en la frenada de la chicane del puerto. Si por lo menos Jenson estaba demostrando que se podía recuperar, esto acabó con la remontada. En un principio sólo fue la pérdida de la posición –Jenson no se ha quejado sobre un mal comportamiento desde el momento de la colisión-, pero Rosberg tiene un accidente y el Safety Car sale. Por las cosas del desdoblarse que impone el reglamento, Heikki se encontraba con los puntos a huevo, mientras Jenson estaba perdido entre pilotos que tenían que doblarlo y no pudo recoger los beneficios de estar a la estela de ellos. Si hubiera aguantado a Heikki, ¿habría logrado algo en este Gran Premio? Difícil, porque poco antes del final Alonso da la puntilla y se hace con el 10º lugar.

Jenson Button sólo puede esperar que los dioses sean más consistentes en sus sentimientos la próxima vez.
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